Esta poesía representa; para el suscrito; un reencuentro con aquellas noches que pintaban de estrellas al desierto del norte chico y donde mi mi querida Feli (mi madre) a través de cuentos e historias muy hermosas me invitaba a viajar por mundos imaginarios y mágicos.
Mi madre
me contaba
el cuento
del duende bueno.
salía
de las quebradas
para perderse
entre los cerros.
Nunca, nunca,
miraba a la cara
si por vergüenza
o por miedo.
Mi madre
me contaba
el cuento
del duende bueno .
Cuando alguien lo veía
detrás de los peñazcos
se agazapaba
y se escondía.
Alguna vez regaló
una sonrisa fingida
y una moneda de oro
dejaba en la algarrobilla
Mi madre
me contaba
el cuento
del duende bueno.
Hijo ...
para que lo puedas ver
duérmete primero.
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