martes, 23 de abril de 2013



Agustín
(Julio Bordon Mercado)
La noche se viene galopando
fría, oscura y en silencio,
los aperos se van acomodando
sobre el lomo de las mulas.
El arriero apurando la carga,
de carbón y queso,
Hay que  aprovechar la noche
para robarle  pasos  al camino.
La tropa a tranco lento
enfila por el camino polvoriento,
El arriero firme en la montura,
diestro en la rienda,
con su mirada de baqueano
sigue a su tropa
y al lucero del norte.
   
La noche
oscura
fantasmal,
con soplos de brisas costeras,
ulular de  tucarerés lejanos,
aullar  de  zorros  chilla
y un sueño en el alma del arriero.

El despuntar del sol,
sorprende a la tropa
casi al final del  camino,
Para Agustín, ha quedado atrás
la noche,
el aullar de los chillas,
el ulular del tucareré
su casa de barro,
su mujer ,
su prole
y su destino.

jueves, 11 de abril de 2013

El polvo de los llanos.

(JbordonM)

Dos viejas están sentadas,
frente a la casa olvidada,
y en su silencio van rumiado
los sueños del pasado,
en sus caras muchos surcos
y en sus cuerpos el paso de los años,
con sus miradas van recordando
una historia construida
en medio de la soledad y el pasado.
– ahí fue donde nacieron hace muchos años –
A las viejas no les queda nada,nada
todo lo han perdido
o todo lo han regalado,
su niñez, juventud, fuerza,
sueños, cariño, amor,
ahora les queda sólo su cansancio,
cansadas de tanto amar
de mucho dar,
de construir un futuro
y que hoy ya es pasado.
Las viejas se levantan
con el bastón entre las manos,
se despiden, de la tarde, de la brisa,
del sol y del polvo de los llanos.
OTOÑO

(Julio Bordon Mercado)

El otoño nos recibe 
entre vientos arremolinados
que se divierten con hojas desorientadas.
La humedad de los prados
se confunde con el alma
de aquellos que en otoño
han soñado.
Sueños húmedos,
sueños lejanos,
sueños convertidos
en juegos y risas,
sueños olvidados.

El otoño,
Vientos, almas de soñadores,
Hojas secas, risas, juegos,
Sueños lejanos, húmedos, olvidados.

miércoles, 27 de marzo de 2013

HERENCIA

(Julio Bordon Mercado)

En una fría mañana de invierno,
Agustín - el arrierro -
partió al encuentro con el Padre Bueno
dejó como herencia 
su cansancio de hombre trabajador,
luchador y bueno,

Ahora, viene el nuevo Agustín.
esculpido en rocas de cobre y fierro,
Agustín el Grande
Grande, como su bis abuelo,
trazará nuevos caminos
que lo llevarán a construir nidos fuertes
Como aquellos que construyó el arriero.

¡Viene Agustín!
Para despertar el alba
en coros de trinos y vientos.

jueves, 7 de febrero de 2013


| Poema “El Cristo de Velázquez”, de Miguel de Unamuno

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¿En qué piensas Tú, muerto, Cristo mío?
¿Por qué ese velo de cerrada noche
de tu abundosa cabellera negra
de nazareno cae sobre tu frente?
Miras dentro de Ti, donde está el reino
de Dios; dentro de Ti, donde alborea
el sol eterno de las almas vivas.
Blanco tu cuerpo está como el espejo
del padre de la luz, del sol vivífico;
blanco tu cuerpo al modo de la luna
que muerta ronda en torno de su madre
nuestra cansada vagabunda tierra;
blanco tu cuerpo está como la hostia
del cielo de la noche soberana,
de ese cielo tan negro como el velo
de tu abundosa cabellera negra
de nazareno.Que eres, Cristo, el único
hombre que sucumbió de pleno grado,
triunfador de la muerte, que a la vida
por Ti quedó encumbrada. Desde entonces
por Ti nos vivifica esa tu muerte,
por Ti la muerte se ha hecho nuestra madre,
por Ti la muerte es el amparo dulce
que azucara amargores de la vida;
por Ti, el Hombre muerto que no muere
blanco cual luna de la noche. Es sueño,
Cristo, la vida y es la muerte vela.
Mientras la tierra sueña solitaria,
vela la blanca luna; vela el Hombre
desde su cruz, mientras los hombres sueñan;
vela el Hombre sin sangre, el Hombre blanco
como la luna de la noche negra;
vela el Hombre que dió toda su sangre
por que las gentes sepan que son hombres.
Tú salvaste a la muerte. Abres tus brazos
a la noche, que es negra y muy hermosa,
porque el sol de la vida la ha mirado
con sus ojos de fuego: que a la noche
morena la hizo el sol y tan hermosa.
Y es hermosa la luna solitaria,
la blanca luna en la estrellada noche
negra cual la abundosa cabellera
negra del nazareno. Blanca luna
como el cuerpo del Hombre en cruz, espejo
del sol de vida, del que nunca muere.
Los rayos, Maestro, de tu suave lumbre
nos guían en la noche de este mundo
ungiéndonos con la esperanza recia
de un día eterno. Noche cariñosa,
¡oh noche, madre de los blandos sueños,
madre de la esperanza, dulce Noche,
noche oscura del alma, eres nodriza
de la esperanza en Cristo salvador!
  
  
  
A L B A
  
Blanco estás como el cielo en el naciente
blanco está al alba antes que el sol apunte
del limbo de la tierra de la noche:
que albor de aurora diste a nuestra vida
vuelta alborada de la muerte, porche
del día eterno; blanco cual la nube
que en columna guiaba por el yermo
al pueblo del Señor mientras el día
duraba. Cual la nieve de las cumbres
ermitañas, ceñidas por el cielo,
donde el sol reverbera sin estorbo,
de tu cuerpo, que es cumbre de la vida,
resbalan cristalinas aguas puras
espejo claro de la luz celeste,
para regar cavernas soterrañas
de las tinieblas que el abismo ciñe.
Como la cima altísima, de noche,
cual luna, anuncia el alba a los que viven
perdidos en barrancos y hoces hondas,
¡así tu cuerpo níveo, que es cima
de humanidad y es manantial de Dios,
en nuestra noche anuncia eterno albor!

  
  
O R A C I Ó N   F I N A L
  
Tú que callas, ¡oh Cristo!, para oírnos,
oye de nuestros pechos los sollozos;
acoge nuestras quejas, los gemidos
de este valle de lágrimas. Clamamos
a Ti, Cristo Jesús, desde la sima
de nuestro abismo de miseria humana,
y Tú, de humanidad la blanca cumbre,
danos las aguas de tus nieves. Águila
blanca que abarcas al volar el cielo,
te pedimos tu sangre; a Ti, la viña,
el vino que consuela al embriagarnos;
a Ti, Luna de Dios, la dulce lumbre
que en la noche nos dice que el Sol vive
y nos espera; a Ti, columna fuerte,
sostén en que posar; a Ti, Hostia Santa,
te pedimos el pan de nuestro viaje
por Dios, como limosna; te pedimosa
a Ti, Cordero del Señor que lavas
los pecados del mundo, el vellocino
del oro de tu sangre; te pedimos
a Ti, la rosa del zarzal bravío,
la luz que no se gasta, la que enseña
cómo Dios es quien es; a Ti, que el ánfora
del divino licor, que el néctar pongas
de eternidad en nuestros corazones.
  

¡Tráenos el reino de tu Padre, Cristo,
que es el reino de Dios reino del Hombre!
Danos vida, Jesús, que es llamarada
que calienta y alumbra y que al pábulo
en vasija encerrado se sujeta;
vida que es llama, que en el tiempo vive
y en ondas, como el río, se sucede.


Avanzamos, Señor, menesterosos,
las almas en guiñapos harapientos,
cual bálago en las eras remolino
cuando sopla sobre él la ventolera,
apiñados por tromba tempestuosa
de arrecidas negruras; ¡haz que brille
tu blancura, jalbegue de la bóveda
de la infinita casa de tu Padre
-hogar de eternidad-, sobre el sendero
de nuestra marcha y esperanza sólida
sobre nosotros mientras haya Dios!
De pie y con los brazos bien abiertos
y extendida la diestra a no secarse,
haznos cruzar la vida pedregosa
-repecho de Calvario- sostenidos
del deber por los clavos, y muramos
de pie, cual Tú, y abiertos bien de brazos,
y como Tú, subamos a la gloria
de pie, para que Dios de pie nos hable
y con los brazos extendidos. ¡Dame,
Señor, que cuando al fin vaya perdido
a salir de esta noche tenebrosa
en que soñando el corazón se acorcha,
me entre en el claro día que no acaba,
fijos mis ojos de tu blanco cuerpo,
Hijo del Hombre, Humanidad completa,
en la increada luz que nunca muere;
mis ojos fijos en tus ojos, Cristo,
mi mirada anegada en Ti, Señor!

domingo, 3 de febrero de 2013

DESPEDIDA


Mi madre no se ha ido, 
solo viajó para caminar por el tiempo eterno.
Algún día nos encontraremos para abrazarnos de nuevo...

Madre te regalo una lágrima,
Madre te regalo un beso.

sábado, 2 de febrero de 2013

Responso a García Lorca

Autor: Oscar Castro,

Llevaba el día en el cinto
como un alfanje de plata,
y en el arzón de la silla,
una guitarra gitana.
Romances de luces nuevas
se abrían en su garganta.
los ayes del canto jondo
lo lamían como llamas.
Cuando soltaba su copla
cantaba toda la España.
No murió como un gitano;
no murió de puñalada.
Cinco fusiles buscaron,
por cinco caminos su alma,
le abrieron el corazón
lo mismo que una granada.
¡Y el surtidor de su sangre
manchó las estrellas altas!
¡Cómo lloraban los ríos
de España!
En ese instante indeciso
de las hembras despeinadas,
en ese instante en que el grillo
cava la mina del alba,
García Torea, en el suelo,
con una flor colorada
condecorándole el pecho,
quedó sin canto y sin habla.
¡Cómo temblaban los montes
de España!
Cuando enmudeció su lengua
no doblaron las campanas.
Nadie le trajo una rosa,
ni un verso, ni una guitarra.
Apenas el chisperío
de una estrella deshojada.
Apenas la visión última
de la cal de las murallas ...
¡Cómo crujían los huesos
de España!

-¡García Lorca ¡García
Lorca! -mil voces clamaban.
Preciosa, la del pandero,
danzando se desmayaba.
Brincaban, enloquecidos,
los pechos de Santa Olalla.
La casada del romance
desgarraba sus entrañas.
¡Cómo se rompía el alma
de España!
Muerto se quedó en la tierra,
tronchado por cinco balas.
Este año no darán frutos
los naranjos de Granada.
Este año no habrá claveles
en las rejas sevillanas.
El río Guadalquivir
llevará sangre en sus aguas.
¡Cómo llorará su espíritu
en las guitarras de España!

martes, 15 de enero de 2013


Nacer

Nace el agua,
Nace la viña,
Nace la uva,
Nace el vino,
Nace el trigo,
Nace la harina,
Nace el pan,
Nace la vida.

SEPARACION


Y volaré… volaré sobre los picos nevados de la cordillera, desde lo alto observaré los fiordos y los hilos de plata desorientados y seguiré volando cada vez  más alto, traspasaré  a los cóndores y me convertiré en un átomo perdido en el espacio. Desde de allí te buscaré amada  mía, y te invitaré a volar conmigo tan alto como sea posible, hasta que nuestros pulmones nos  rueguen por una gota de oxígeno, entonces me acercaré  y posaré mis labios sobre los tuyo, te regalaré mi último aliento, mi halo.. mi vida y te  dejaré regresar, volverás  con mi  aire.

Dejarás atrás  a los cóndores, los fiordos y los hilos de plata desorientados, aterrizarás en un valle suave y perfumado, con olor a  menta,  romero y tierra fresca,, sentirás el zumbar de los insectos y el  trino  escondido en la rama  de un roble, alzarás tu mirada
y contemplarás  traviesas nubes en un cielo azul y limpio.. no me podrás ver… porque yo seguiré mi camino hacia lo eterno.


JBM



A mis padres.

Para mi la poesía es una caricia al espíritu, la conocí en medio del polvo de mi tierra, ahí entre los cerros del norte chico,  en las noches estrelladas de verano mostrando infinitos universos, en la música que el viento componía al pasar por entre las ramas de los pimientos. La poesía,  se hizo ternura en las manos  generosas de mi madre,  en el golpe del combo y en el barreno, penetrando en la roca rojiza bajo la fuerza y mirada atenta de mi padre. Me sensibilizó la armonía poética del cencerro cuando arriaba la majada por entre las quebradas y las faldas de los cerros.

La poesía ha estado siempre presente en mi vida, en los rezos silenciosos que le dirigía a mi Ángel de la Guarda cuando era un niño o en la contemplación  de la Sagrada Familia estampada en una brillante  luna.

En mi primera Escuela; de curas con sotanas café, aprendí los primeros  versos de la Divina “pié cesitos  de niños azulosos de fríos…”  después fue Oscar  Castro quien me hizo soñar con su “junco de la rivera y el doble junco del agua…” fui descubriendo el canto del gitano en sus versos cargados de música  

“…Por algo las estrellas
en sus ondas descansan.
Por algo madre Venus
en su seno engendrose,
que amor de amor tomamos
cuando bebemos agua.
Es el amor que corre
todo manso y divino,
es la vida del mundo,
 la historia de su alma…”

También descubrí y me enamoré de la prosa del gran poeta en su Canto General, residencia en la tierra, los versos del capitán, en su canto al mundo y en su canto a Matilde. Sentí tristeza con la poesía de Machado cuando conversa con el amor de su vida en el momento que éste lo abandona y parte al silencio eterno… con el nacimiento de mi primera hija descubro al príncipe de las  letras castellanas:  Ruben Dario  



“Margarita está linda la Mar,
Y el viento,
Lleva esencia sutil de azahar;
Yo siento 
En el alma una alondra cantar;
Tu acento:
Margarita, te voy a contar
Un cuento:”

De esta manera me fui enamorando de la poesía y quise ser  poeta,  comencé a transformar en  verbo las palabras, les puse música y armonía. Mi música,  mi armonía… y escribí…  sigo escribiendo, cosas simples,  escribo a mi tierra, a mis raíces, a mis padres a mi amor que me ha acompañado largos años, en fin  mi prosa es un canto a la vida.  Es una composición simple, para algunos  puede carecer de  contenido. El contenido de mi poesía está en mis sentimientos, en mis orígenes, en mi sangre, en mi corazón, mi poesía  brota desde lo más profundo de mí y de mis raíces. La amo, porque ella es mi séptimo hijo y cuando puedo la recito con cariño.  Con ella no pretendo competir con los grandes, ni con los pequeños poetas de mi tierra, con  esos que partieron, con los que quedan, con  aquellos otros que nacerán poetas.

Mis versos me acompañan en viajes interminables del tiempo y  me llevan de regreso a mi tierra junto a  aquellos que amé y me amaron: mis padres,  el arriero Agustín y mi querida Feli, mis hermanos y mis abuelos.

El arriero ya no está, ha partido al encuentro del Padre Bueno, se fue en una fría y triste  mañana de invierno, tal como vivió  en silencio  “lo despedí en su última morada… su adiós fue una sonrisa, una sonrisa y una triste mirada”.

Desde que se marchó el arriero,
ha quedado  todo en silencio
el camino largo y polvoriento,
el rancho de barro y churqui
las sombras de la tarde
traspasando el portezuelo
ya no está  su sombra,
ni sus pasos cansados,
ni su sombrero desteñido,
ni su mirada lejana
ni siquiera la casa
construida con sus manos,
sólo está la piedra,
mudo testigo de su asiento en el camino
Desde  que se marchó el arriero
todo es recuerdo,
silencios,
y  olvido.    

Así van brotando mis  sentimientos, uno tras otros y ellos me siguen llevando hacia mi padre, cuando compartíamos en silencio las brisas del desierto, ¡Como extraño a mi querido viejo!

Querido papá…
Si Dios me concediera un deseo
sería un encuentro contigo,
en nuestra casa de barro,
en el pimiento sombrío.
Sabes  viejo,
cambiaría la historia,
te llenaría de besos,
me refugiaría en tus brazos,
tomaría tus manos
trabajadoras y callosas
… buscaría tu abrigo,
juntos ensillando la tropa
machacando el trigo,
pastoreando la majada,
saboreando el charqui,
el rescoldo, un buen vaso de vino,
te llevaría  mis hijos,
esos nietos tuyos,
tu herencia viejo querido.
Fundiríamos nuestras manos
en una ronda de círculo infinito,
grande en el amor…
como el tuyo,
mi querido viejo…
mi viejo querido...

Mi mamá, mi querida Feli,  hoy se encuentra con su viejo en los confines del Universo, compartiendo la morada que les tenía preparado el Padre  Bueno

Mi madre, la Feli, mi querida Feli,  mujer honesta y buena, de ella heredé el amor por la naturaleza que con una metodología simple me enseñó a descubrirla. En su pecho generoso he dormido  una vida entera, aún me parece sentir el latido de su noble corazón y la suavidad de sus caricias  en aquella largas noche de invierno o en las tardes refrescantes de primavera, cuando coros de yales se confundían con la fragancia de  los lirios, las arguenitas, añañucas y azucenas.

Mi madre, es  la primera fuente de inspiración para poner en acción las letras. Mi madre, fue una mujer bella y buena:

Rostro de María Madre,
rinconcito de mi nido
pecho generoso
que me alimentaste
cuando era un niño.
De ti todo… ternura
amor  incondicional,
consejos, sacrificios,
largas noches de desvelos
por el sueño de tu crío.
Hoy te observo…
y voy descubriendo en tu rostro
los surcos de mi  camino,
son huellas de amor y generosidad
que penetran en mi alma
como el agua en las praderas
alimentando el verde trigo.
Ven para darte mil besos de ternura
como aquellos que me diste
cuando yo era un niño,
déjame atraparte entre mis brazos
juguemos, salgamos al jardín
para que reguemos nuevamente
las rosas. Las violetas y los lirios,
tostemos el pan
para acompañar el café humeante
en las mañanas de inviernos fríos,
voy a abrigarte
como tú lo hacías conmigo,
¿Recuerdas antes de dormir?
La Señal de la Cruz, un Ave María.
El Padre Nuestro.
Tus brazos amarraditos a mi cuerpo
y con voz bajita… un cuento,
historias de hadas, castillos,
amores y tormentos
y que ahora… mamá, yo te las recuerdo
a ver… a ver ¡ah! El gato con botas…
o  ¿El negro carboncillo?
¡si!...¡s! … ¡ese me gustaba!
… érase una vez… un mozo,
valiente y de buen parecido
por la noches conversaba con la luna
le pedía… salud, para su mamá
y para el papá … fortunas,
…así comenzaba ¿verdad mamá?
Pero, que te pasa.. si te ha dormido
… mi querida viejita,
déjame arroparte con mi abrigo
pon tu cabeza en mi pecho
para acariciarte con la mirada,
…para ti mis brazos … mis besos
Sabes mamá…
el ángel de la guarda
debe de estar muy contento
porque tú, al igual que yo
cuando era un niño
con un cuento
te has dormido
SSSSHHH… silencio
que la reina entre mis brazos
se ha dormido…
se ha dormido…


¿Cómo no he de amar  la poesía?. Es  una llamada que  siento cada vez con mayor intensidad:


Es tiempo que vuelva
a mi desierto florido,
iré a contemplar las estrellas
en negras noches,
como arrope de higo,
seguiré a la cruz del sur  y viajaré con ella
por los caminos de mi padre
cuando yo era un niño,
a él…
lo buscaré en cien luceros encendidos,
debe  estar por allí,
esculpiendo astros
con su barreno,
su picota y su martillo.
Lo invitaré a caminar
como en aquellos tiempos,
cuando en las sombra de las noche
buscábamos a la luna
y contemplábamos en silencio
oscuros espejismos.
¡Cómo extraño a mi viejo!
¡cómo extraño mi nido!
a mi tierra polvorienta
acariciada por juguetones remolinos.
¡cuantos caminos con mi padre
al andar hicimos!
soñando con riquezas
en socavones enterrados
y picados escondidos.
Eran nuestras ilusiones,
grandes como los cerros,
largas como el camino.
Me parece verlo,
sentado sobre las peñas
con su sombrero negro y desteñido.
su mirada firme, lejana, perdida
buscando en el horizonte
las huellas de su vida,
yo…  junto a él,
pequeño y tímido,
contemplando sus facciones,
de camanchaca, desierto,
oro, plata y vino.


Pero,

Ya no queda nada,
nada, todo es silencio y recuerdos,
hasta el viento tiene olor a recuerdos,
recuerdos de mi madre
trabajadora y buena,
mi padre cortando leña,
los gritos de la Elvira
y los pájaros
                              jugando en las esteras.

Están también mis amores, mi compañera de toda la vida y otros  olvidados  y en el tiempo perdidos y mis nietos que  gritan corren y me besan y el que viene , otro eslabón de mi generación. Para él también mi canto:


Hoy escuché
la voz de mi nieto,
voz con latido de corazón
que traspasó las barreras de su universo,
voz que me busca y me llama
para decirme:  “¡Abuelo!
después de escuchar tus cuentos
voy a  dormirme  en tu pecho
soñare con  mundos mágicos
que me trasportarán a lo infinito
y me regresen contigo de nuevo.
Abuelo, voy correr contigo por sobre la maleza
de prados bellos,
y nos chorrearemos con un helado
cuando caminemos de la mano
 por una playa de arenas blancas
como tus cabellos”.
Hoy escuché la voz de mi nieto,
voz angelical, eco de libertad, esperanza
y de amor eterno.
Hoy escuché la voz de mi nieta
Diciéndome: ¡Abuelo…!


Jesús
(Julio  Bordon  Mercado)

Rostro amoroso
de Dios vivo,
luz del amanecer
que te abres paso
entre las ramas
de los sauces dormidos.
Eres surco y arado
que penetras en la tierra
para despertar
la semilla dormida.
Agua pura y cantora
que acaricia las piedras
de riachuelos cristalinos,
luz del mundo,
uva, trigo,
nube, montañas, nieve,
praderas y caminos.
Naturaleza bella…
en el desierto
te vistes de amancayes
y en el valle de azulosos lirios.
menta, junco, salvia,
palo negro y olivillo,
grito de chilla
en noches estrelladas
de luceros encendidos.

Luz del amanecer
que te abres paso
entre las ramas
de los sauces dormidos
para escuchar a lo lejos…
… a lo lejos…
Sobre la fragancia
de  los cerezos en flor
El despertar de los trinos.

Amén.

domingo, 13 de enero de 2013

El  Rayo



Foto: Ratito listo para dormir.


AMADA
(Julio Bordon Mercado)

En una noche
de luceros dibujada
te tuve entre mis brazos
querida amada,
fuimos grito en el silencio
de amor y pasión incontrolada.
Tu juventud, frágil… tierna
se hizo esclava de mi cuerpo,
bajo la luna llena
de una noche enamorada.
Te regalé mil besos
en una lucha desembocada,
 vivimos de segundos a minutos
nuestras horas,
perdidos entre fragancias
de juncos y totoras,
ahí, me uní a tu vida
de cara  a una noche compartida,
sentí tu cuerpo húmedo, generoso
y mis labios resecos
se fundieron en besos y gozo,
una brisa costera nos traía el arrullo
con olor a tierra y esencia de capullos
Hoy….
te observo amada
tu figura dorada
ha crecido con el tiempo
es mayor tu intelecto
y sutil tus caricias…
mi amor por ti ha crecido
y el tuyo por mi inmerecido
… la distancia que nos separa
de aquella noche estrellada,
se refleja en el crecimiento
de tu alma
y de mi cabellera encanada.
En el rincón de mi vida
te doy gracias
gracias querida,
si algún día parto
tú irás conmigo
como aliento y un encanto
… si fueras tú
Llévame contigo amor de mis amores,
Para que juntos  podamos vagar
Por entre estrellas y constelaciones.